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Día Internacional de la Familia: Redescubrir su fuerza vital para la sociedad
15 de mayo de 2025
En el Día Internacional de la Familia, se recuerda con firmeza que la familia sigue siendo el recurso más valioso de la sociedad, llamando a situarla nuevamente en el centro de la cultura, la política, la economía y la Iglesia. El matrimonio es una vocación que realiza al individuo en búsqueda de la plenitud en su anhelo de llegar a Dios.
La familia no es un modelo en extinción, sino una realidad viva, a pesar de los desafíos que enfrenta. Su papel como espacio de amor, cuidado, educación y acogida sigue siendo esencial. El debilitamiento de sus lazos por causas como el individualismo, el relativismo y el consumismo ha provocado una cultura del descarte, donde las personas se vuelven prescindibles y los vínculos, frágiles.
Frente a ello, la familia, fundada en el amor conyugal y abierta a la vida, representa la base de la solidaridad social, entendido como pacto social, ofrece protección a los más vulnerables y fomenta el compromiso duradero. La paternidad, lejos de ser solo biológica, es una manera de contribuir a la historia compartida, transmitiendo vida, valores y esperanza.
Hoy más que nunca, es necesario que las políticas públicas reconozcan y apoyen la función social de la familia. Solo fortaleciendo su rol, será posible construir sociedades más humanas, inclusivas y cohesionadas. El papa San Juan Pablo II solía decir que solo una civilización que ponga en el centro a la familia podrá sanar las heridas de una sociedad que ha olvidado sus raíces.
La familia es cuna del amor y de la fe. El recién fallecido papa Francisco en su exhortación apostólica Amoris Laetitia (“La Alegría del Amor”), nos recuerda que no existen familias perfectas, pero que todas son lugares sagrados donde se vive la santidad cotidiana. El papa invita a mirar nuestras casas como espacios de gracia, tejidos de pequeños gestos que transforman el mundo.
Sus palabras resuenan con una ternura especial:
- “La familia es una escuela de humanidad.”
- “La familia es una fábrica de esperanza.”
- “El hogar es el lugar donde se aprende a caminar, a hablar, a amar, a pedir perdón.”
- “La familia es un faro en medio de la tormenta.”
- “El matrimonio es un trabajo de orfebrería.”
Francisco no idealiza, pero sí eleva. Reconoce las heridas, las crisis, las imperfecciones y, desde ahí, construye un mensaje realista y esperanzador. Nos recuerda que el hogar es el primer taller donde se aprende a amar, a creer, a esperar. Y que en cada gesto de amor humilde y sincero, Cristo mismo vuelve a nacer en medio del mundo.
Rosario Palomino Moraleda (Charo) y José Guillermo Mínguez Baeza (Pepote)
Delegados Episcopales de Familia y Vida