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La libertad religiosa: un derecho humano, no un privilegio
El 10 de diciembre es el Día de los Derechos Humanos y la Iglesia de Toledo se une a esa celebración, con la presente reflexión sobre el derecho a la libertad religiosa.
Está recogido en el artículo 18 de la Declaración de Derechos Humanos: 1º) “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión”. 2º) “Nadie será objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar su libertad de tener o adoptar la religión o las creencias de su elección”.
Hace referencia al libre ejercicio y desarrollo de la vida religiosa en la sociedad. Como dijo San Juan Pablo II, “es la piedra de toque de todos los demás derechos humanos en un país determinado”.
A pesar de su clara protección en el Derecho Internacional, seguimos siendo testigos de graves violaciones de este derecho fundamental. En muchas partes del mundo los creyentes son asesinados por su fe, se les niega el derecho a elegir su religión, a compartirla o enseñarla.
El Concilio Vaticano II dedicó la Declaración Dignitatis Humanae (1965), a la Libertad Religiosa: “esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales…de tal manera, que en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, solo o asociado con otros…El derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana”.
En relación a este derecho, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva 25 años publicando el denominado Informe de Libertad Religiosa en el Mundo. En él se muestra, que en pleno siglo XXI, muchos cristianos son asesinados por su fe en atentados en iglesias, son secuestrados o se les margina y excluye socialmente. Uno de cada diez cristianos está expuesto a la persecución. Dicho informe viene acompañado de un Manifiesto que se nos invita a firmar y será presentado en Naciones Unidas y en la Unión Europea. Pero los medios de comunicación generalista no suelen hacerse eco de esta realidad.
Dar a conocer la verdad sobre estos abusos es el primer paso para cambiar la situación. La defensa del derecho a la libertad religiosa nos concierne a cada uno. Y una pequeña pero importante acción es mantenernos informados, de forma que no seamos indiferentes y se abandone en el silencio y el olvido a quien sufre por la fe. Los cristianos, sobre todo, estamos llamados a la oración por los hermanos perseguidos, cuyo testimonio es semilla de esperanza.
La libertad religiosa se fundamenta en la dignidad de la persona humana, creada por Dios como ser libre y racional, capaz de buscar la verdad y adherirse a ella. Si se niega al hombre la posibilidad de buscar a Dios y de actuar conforme a su conciencia, se está negando el núcleo mismo de la dignidad del hombre.
En definitiva, este no es un derecho más, es el corazón de todos los derechos humanos, porque protege la relación más íntima y decisiva del ser humano, su relación con la verdad y con Dios.
Jesús Manuel Díaz-Rincón Díaz
Miembro del grupo POLIS
Puedes acceder al manifiesto de Ayuda a la Iglesia Necesitada AQUÍ:
https://www.ayudaalaiglesianecesitada.org

